15.1.09

Revistas, nueva cocina y glutamato potásico


Que las revistas de arquitectura hablen de música, medicinas… que nos hablen de cocina, de cómo hacer un bacalao al pil – pil. Que nos cuenten el porqué de tan curioso nombre, que nos muestren la forma de los fogones, el recorrido de los mercados, o la luz del paseo tras la compra…

[...] Solo si contemplamos la situación actual por la que pasa la arquitectura, como si no fuera más que una comedieta, podremos empezar a comprender el mundo de pucherazos en el que nos vemos inmersos. [...]

La cocina está ahora en el punto de mira por ser un engendro químico, por ser más que la solución a una necesidad, una suerte de experimento científico. El minimalismo en los platos resulta de un peligroso manierismo ejecutivo de ingredientes, forma y fondo. La cocina está en entredicho, potenciado por el glutamato potásico.

Nuestras revistas son ese glutamato, encargado de potenciar el sabor de los ingredientes naturales, cuya efectividad en el paladar parece no ser suficiente. Comer ha dejado de ser una necesidad, se trata de comer menos, o de no comer, se trata de des-comer.[...]

No importa qué se hace, quién lo hace, ni cómo; importa el momento, importa comer, andar, oler y sentir. Importa que alguien, como Enric Miralles, acote un cruasan para hablar de arquitectura. Importa que algún cocinero por ahí lea a Derridá antes de batir los huevos de una tortilla. Importa en resumen que estemos atentos a algo más que nuestro propio ombligo, y que los filósofos, músicos y modistos hagan, como si estando bajo el gorro que oculta nuestra cabeza, una mousse de lo que antes había sido un cruasan. De la forma a lo amorfo. ¿Quién es el valiente ahora, que acotará una mousse deconstruida del famoso bollo francés?

[...]

Deberíamos leer la arquitectura en la música, la naturaleza, los filósofos y la Historia. La arquitectura se cocina con todo aquello que no lo es, para luego servirse en un gran plato, con sus formas, obscenas, físicas, para poder rodearla, tocarla y olerla. Dejemos la arquitectura en paz para hablar de Arquitectura.

Miremos de una forma deliberadamente lúdica, admitamos la diversión como un proceso que verdaderamente puede revelar nuevos valores, des-arquitecturizar es mas divertido.
¿Son divertidas las revistas de arquitectura? Para serlo deberían favorecer la apertura de vías, en contraste con la tendencia actual de obtención de resultados. La naturaleza juguetona favorece el acto de descubrimiento constante, su razón de ser es únicamente el placer que proporciona.
Jugar ofrece satisfacción, no a través de un resultado práctico establecido, de un logro inmediato, sino mediante la participación continua como fin último.

Acotemos un cruasan… [...] Nada más lejos de la Arquitectura que la arquitectura misma.

Que desaparezcan la crítica y los críticos, que no los cítricos, las letras que forman palabras como viga, piel y espacios. Porque las vigas Vigas son si soportan y son soportadas.

fragmento del texto publicado en la revista ARQUITECTOS con un collage de Sean Mackaoui sobre la arquitetura y su edición