`ZZZZZZZZZZZZOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM¡ en un giro brusco e inesperado noté su fría escama rozando mi piel. Movimientos gordos y envolventes transmitían sonidos secos a medida que avanzaban sus alas. Sudaba. Ciego pude oler el sordo y cálido gemido de su combustión. Eran cientos de ellos, miles, yo estaba allí, verdes, inmensos, maravillosos.´
soy artista. Vivo en continua tensión. Parece que puedo incorporarme. `Lo importante es que haya algo que contar. Algo desconocido´ ...
Debería sí,... algo desconocido...
`Chirico o el lugar del crimen, Chirico o la hora del trance´ las palabras de Jean Cocteau, surrealista de los surrealistas, materializan el alma del pintor, de sus telas, sabanas santas de sus sueños. De Chirico, enzima y ácido del Dalí más joven transportó hasta nuestra realidad un universo extraño y mortal o al menos así nos lo contó G. Lorca.
Cocteau habló de Chirico desde las ficticias llamas del celuloide que escupían el testamento de Orfeo en una realidad diferente a la nuestra, a la de Chirico y a la suya propia.
Soy artista. vivo en continua tensión. En el vasto y repulsivo mundo real.
`tengo verdadera compasión por los aristas que no luchan y se disciplinan y sueñan imposibles que quieren ver realizados. Por eso me dan una piedad infinita todos los viejos pintores que diariamente, sin esfuerzo, ni alegría, ni dolor se ganan el triste pan nuestro de cada día copiando y recopiando sus modelos´
Soy artista. vivo en continua tensión. En el vasto y repulsivo mundo real. Y también me compadezco por estos artistas. Por mi mismo.
El duende y las musas han huido, se esconden, ya no fluyen. Pero quien las quiere..
Soy artista. vivo en continua tensión. En el vasto y repulsivo mundo real. Y también me compadezco por estos artistas. Por mi mismo. Seguiré los pasos de Orfeo en su camino hacia el Hades, en busca de mi musa, de entre los muertos.
‘ Abróchense los cinturones y apaguen los cigarrilllos´ El arte (¿) es diferente. Y cada segundo que pasa más diferente aún.
La busca de la originalidad, de la ambigüedad epatante del artista en su alejamiento de la realidad cotidiana, o por el contrario, su excesivo celo en retroalimentarse de esa realidad popular. Las posturas extremas de personalidades al limite , y al limite aplaudidos y admirados. Individuos que generan sus obras ¿maestras? Con dificultad para mantener su propia estructura ósea erguida; que apenas pueden articular palabra en sus momentos de mayor lucidez. Toda su energía - ¿Su energía? – toda esa energía que les ha invadido el interior , exterioriza de formas muy diversas, concebidas a partir de reacciones químicas no aptas para menores. Enzimas artificiales que permiten distorsionar el mundo para inventar nuevas realidades que están ahí en el polvo de los ácidos ....... y que son las verdaderas musas incontroladas e incontrolables.
No existe control, ni se nos ocurre. El artista consigue sus mejores `marcas´ da lo mismo en que estado. Lo que importa en el arte son los `tiempos´ humanos o sobrehumanos. El intelecto, la creatividad, lejos de nuestra dimensión física puede ahogarse en ácido, si los trazos, si las imágenes.... superan las expectativas. Si los rojos son rojo MDMA y el blanco nos recuerda al crack.
No queremos ser culpables de penetrar en un mundo que no es el nuestro. Orfeo pudo hacerlo. Cocteau pudo hacerlo. Quizás Dalí...
Podríamos hablar de un arte ecológico – como los huevos- o un arte integral – como los cereales-. Un ARTE, en fin, que genera la persona desde su propia rabia o, por que no, desde su propia calma. Un arte elegante y tranquilo o sucio y exasperante, pero que fluye límpido; del que podamos hablar – o no – articulando las palabras que expresan nuestras sensaciones libres de ácidos, dragones y diamantes.
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